viernes, 15 de enero de 2010

EN DEFINITIVA,VIVIR.

Sí, hoy es de esos días en los que la medicina muestra su cara amarga. Esta mañana, de camino al Hospital para hacer mis prácticas iba pensando "qué bien, ya es viernes".
La mañana ha transcurrido como tantas otras mañanas: pasar la planta, ver los enfermos, revisar con los adjuntos analíticas, pruebas, ajuste de tratamientos... Al cabo de unas cuantas horas, a falta de 30 minutos para acabar, fuimos a ver a uno de los pacientes. Un hombre relativamente joven. Le comunicamos una mala noticia, de esas que esperas no tener que oír en tu vida.
Hacía tiempo que no pasaba por esta situación, y hoy, me he vuelto a sorprender con esa "tirantez" en el estómago, al pie de la cama del paciente, tocándole ligeramente para intentar darle "algo" de calor en un momento en el que la sangre se debe estar congelando en las venas, tal es el poder del miedo.

Sí, es triste ver como la esperanza de un hombre se desploma y saber que nada puedes hacer por "curarle" físicamente, quizás lo único que se puede ofrecer es permanecer allí unos minutos, soportar el silencio, perder la mirada con el paciente, si es necesario. Cuando la voz no puede decir nada porque se atraganta en un nudo invisible es mejor dejarle el turno al alma, la que escucha y acompaña.

En esos momentos es cuando te sientes terriblemente estúpida por haber pensado lo de esa misma mañana: "por fin ya es viernes", pues te haces consciente de que hay personas que darían lo que fuera para que no llegara el tan temido futuro, que rezan por encontrar una fórmula mágica que les brinde un poco más de tiempo, aunque fueran  veinticuatro horas, pues ya sólo con eso se sienten satisfechos de haber librado la batalla al menos un día más. 

Trato de ser consciente de todo esto lo más que puedo para aprovechar mi vida, para hacer, pensar, sentir, atreverme, apostar, respirar, aprender, sonreír y reír, hacer feliz a alguien en algún momento del día, tener una palabra amable, hacer algo sorprendente, superarme, equivocarme, rectificar, abrazar, besar...
En definitiva, vivir.

3 comentarios:

DEMOFILA dijo...

Hola, guapisima, me has dejado con el corazón en un puño con tu entrada,
Verdaderamente llevas razón, en estos casos se pasa muy mal, pero creo que tú sabes afrontarlo con fortaleza, se desprende de tus comentarios, que hacen ver una persona fuerte y segura de sí misma.
En la anterior entrada te referiste a un comentario mío en Avatar, no creo que sea tan fuerte lo que dije, dije simplemente lo que siento, suelo expresar lo que siento con total sinceridad, no me gusta mentir, ya me lo dices tú en tu comentario en mi entrada.
Gracías por tu interés, no te preocupes por la entrada que he suprimido, el comentario al que aludo en ella no era ni soez ni grosero, solo que la persona a la que iba dirigida parece que no le gustaba que aludiera a ella, aunque no la nombraba.
La suprimí porque me gusta respetar la decisión de los demás, como me gusta que me hangan a mí.
Un besote de esta amiga, que te visitará siempre que pueda, te quiero, guapisima.

Amiscamaradas dijo...

Hola preciosa. Me alegra verte como siempre, con ese ímpetu y esa fuerza, y que esos pensamientos que reflejabas en el blog de Avatar no te resten energía.
Con mi última entrada he querido mostrar algo que ya me ha ocurrido varias veces, esa reflexión de que "el momento presente" es lo más valioso que tenemos, por eso, mirar mucho para atrás es un poquitín peligroso, porque nos saca de dicho momento presente. Trato de aplicarlo a mi vida y me siento muy satisfecha cada vez que lo consigo, como este fin de semana, por ejemplo, que lo estoy pasando en compañía de mi familia y de mis amigos más queridos,(como este ratito que comparto ahora contigo al ordenador)y me siento tan llena!
Te mando un gran abrazo, yo también te quiero Demófila, con ese querer especial de los amigos en la distancia física, pero que se acompañan de mente y corazón.

DEMOFILA dijo...

Hola, preciosa, he visto que me has visitado de nuevo, me ha alegrado mucho que lo hayas hecho.
Me alegro mucho de que ahora seas tan feliz.
Creo que lo que dices sobre el presente y el pasado es cierto, pero veo teoría en esto, y no debe haberla, la vida es otra cosa, hay que vivir el presente, Efectivamente, pero el pasado, no se puede olvidar del todo, porque es parte de nuestras vidas, aunque nos haga daño.
Ese daño nos ha servido para hacernos más fuertes y a saber defendernos mejor.
Me ha gustado mucho tu comentario, creo que has ampliado mi entrada con él.
Es muy triste que te engañen, pero el que es engañado, es que se deja engañar, se nota en la persona que te engaña, en sus ojos, la verdad.
Por eso, cuando te engañan, hay que cortar por lo sano, dar la vuelta, y tomar otro camino.
Muchos besos, cielo, volveré a visitarte para leer tu próxima entrada, porque siempre escribes algo interesante y con mucho sentimiento.